Autora: Camila Mies
Las mujeres alrededor del mundo se han visto enfrentadas a múltiples barreras y obstáculos producto de la pandemia COVID19. Con todo, si bien es cierto que todas hemos sufrido parte de sus efectos, no es menos cierto que hay algunas mujeres cuyas condiciones de vida y realidades han hecho que su experiencia producto de la pandemia, sea más devastadora que la de otras. Me refiero, precisamente a millones de mujeres del continente africano, quienes, debido a una multiplicidad de factores, han sufrido las consecuencias más crudas de esta pandemia.
En dicho contexto, la pandemia ha exigido un compromiso tanto de los actores gubernamentales como no gubernamentales de la región, en orden a hacerse cargo de las consecuencias de esta crisis sanitaria, debiendo estructurar y diseñar respuestas con perspectiva de género que visibilicen y se ocupen de las necesidades de las mujeres. En este sentido, ha existido un compromiso por parte de la Unión Africana, a través de sus directrices y de sus mismos Estados Miembros, en orden a reorientar las intervenciones o respuestas a la pandemia, a respuestas que incorporen dicha perspectiva de género, promoviendo el liderazgo, empoderamiento y la participación efectiva de mujeres y niñas locales, en el esfuerzo de hacer frente a las inequidades y violencia de de género a las cuales se deben y se han debido enfrentar de forma exacerbada las mismas durante este periodo del COVID19.
A saber, algunas medidas recomendadas a los Estados Miembros por la Unión Africana han sido: incrementar el presupuesto para desarrollar respuestas cuyo objetivo específico sea la rápida asistencia a mujeres y niñas víctimas de violencia de género; la disposición de líneas de ayuda telefónica gratuita para denunciar episodios de violencia doméstica; la difusión de campañas informativas para crear conciencia de la violencia doméstica durante el confinamiento; la creación y/o el fortalecimiento de albergues y casas de acogida para víctimas de violencia; la disposición de recursos de apoyo psicológico para víctimas de violencia; la creación de mecanismos especiales para asegurar que los ¡ perpetradores de violencia sean rápidamente investigados y condenados; entre otras medidas .
Los esfuerzos hacia incorporar una perspectiva de género en las respuestas a la pandemia son además de necesarios, urgentes, y la Unión Africana ha demostrado ser consciente de ello con las distintas directrices que tienen por objeto resguardar los derechos de las mujeres y las niñas producto de la crisis sanitaria, los cuales se han dirigido en su mayoría a hacer frente a la violencia de género entendida principalmente como la violencia intrafamiliar. Con todo, es importante tener en consideración que la situación de vulnerabilidad de las mujeres en el continente africano requiere mucho más que respuestas aisladas relacionadas a la pandemia y a la violencia intrafamiliar. Se requieren cambios estructurales y una deconstrucción de los roles de género que subordinan a la mujer y que favorecen al patriarcado y androcentrismo sobre el cual se sostiene gran parte de la sociedad africana y que excede el ámbito o núcleo únicamente familiar.